viernes, 18 de febrero de 2011

Tengo una madre a la cual ofendo.

No se si me deba molestar el no poder admirarla y el que a veces ella sea exactamente todo lo que yo no quiero en mi.

Rapidamente me decepciono de todo lo que quiero. A veces esta decepción asi como llega, desaparece rápidamente para volver después de un tiempo. En cualquier caso solo creo que mis expectativas suelen ser casi siempre muy irreales o ideales.

Me cuesta confiar en las palabras de cualquiera, mas que nada en las palabras de afecto dichas sin ningún ánimo y a veces desperdiciadas en vano. No puedo confiar cuando no logro vincular las palabras con alguna acción que las acompañen. Cuantas veces lo ultimo que he querido recibir son palabras, palabras como: discúlpame o prometo, amo, nunca o siempre, cualquiera de estas u otras más, a veces me voltean la cara como si en vez de una palabra me cayera una cachetada.